miércoles, 8 de abril de 2009

Reedireccionando

Cambios y más cambios. Parece la tónica constante desde hace unos meses; concretamente desde que se instauró el "Yes, we can" y mucha gente adoptó la palabra "change" como una relgión revelada. Pero a menudo, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y es que a veces los cambios pueden salir bien y otras veces mal, pero quien no arriesga, no gana; y la vida es una ruleta que no para de girar.

Sin embargo, en esta ocasión si que veia necesario alguna remodelación en la corte moderna de nuestro Lider, ya que el país se desmorona como un castillo de naipes (por supuesto de la baraja española), al menos ecónomicamente hablando, y parece que el consagrado Don Quijote, o quizá tenía más de Sancho, que velaba por nuestra seguridad, ha acabado como el de verdad y ya estaba demasiado viejo, dándose por vencido en su lucha contra la locura actual campante por el territorio castizo y contra los molinos con apariencia de gigantes. Y eso que los vientos que soplan a día de hoy, esos que mueven los molinos, bien podrían perfectamente formar parte de un huracán o de las más fuertes borrascas de las que uno no sabe cómo refugiarse. Menos mal que como en todo cuento de hadas, en este ha hecho su aparición el hada madrina que cuida por la seguridad del principito, y aunque su nombre se escriba sin H a diferencia del de Helena de Troya, si que comparten la rubia melena.

Además, el bobo solemne, como infantilmente lo llaman otros que parecen no mirarse nunca en el espejo cóncavo de la política por temor a romperlo, puede sentirse seguro ahora que, como bien sucede en España, ha tirado del nepotismo typical spanish colocando a su amigo (y no hablamos del hombre de negro, sino más bien del de Blanco) al timón del barco tocado, pero aún no hundido. Mas no hay problema, porque si algo se nos da bien en España es construir y cual ave fenix, algun día, resurgiremos de las cenizas, porque nosotros lo valemos, de eso estoy seguro.

Rezaremos para que este nuestro cambiante cuento no acabe como la peor de las pesadillas, ya que en la vida real no te puedes pellizcar y despertar; y finalmente podamos decir eso de ¡Buenas noches y buena suerte!

Buscando también el Norte. Ander.

No hay comentarios: