sábado, 30 de mayo de 2009

Ir de compras debería ser considerado deporte

Si el motociclismo o los coches son considerados "deportes" por qué no se puede considerar el shopping deporte. Desde aquí hago un llamamiento para que esto suceda; yo creo que sería el deporte más practicado del mundo. Además, hay que recordar que ir de compras tiene de todo:
  • Cien metros obstáculos: correr sortenado hombres, mujeres, carritos de bebe, niños, adolescentes... para llegar hasta esa prenda de ropa que te ha encantado y después repetir la expedición a los probadores.
  • Paciencia: gracias a la perseverancia y la paciencia, podemos encontrar algo que cumpla con la regla de las tres "Bees" (Bueno, Bonito y B)arato es harto difícil, pero no imposible.
  • Templanza y fuerza mental: porque a veces vees "ropa" (y lo pongo entre paréntesis porque dudo que se pueda llamar así) taaan hortera y tan fea -y muchas veces taan cara- que te dan ganas de sacar el agua bendita o el mechero y hacer un exorcismo en medio de la tienda. Y es que el diablo no viste de Prada.
  • Resisitencia: para ir de compras se necesita gran preparación física. Una jornada de shopping se puede equiparar con una maratón. Y es que si te recorres un centro comercial de los nuevos tamaño super-size o el downtown o lo combinas todo (como El Corte Inglés), tienes que ser constante y dedicarle muchas horas y eso es algo que agota y te cansa pero en este caso el sudar te aporta ciertos beneficios, ya que así puedes perder un poquilo de grasa y no hay que olvidar que caminar refuerza el organismo, fortalece el corazón y, lo más imporatante, ¡endurece el culo!.
  • Sacrificios: porque con esos kilitos que has perdido puedes usar una tallita menos ya que cuando coges esos pantalones tan fantásticos -y de los que, casualmente, sólo hay una talla- y cuando te los vas a probar y te dispones a entrar en una talla 30 (de hombre y con unos Levi's, que con las tallas hay un follón y un revuelo mayor que cuando Paris Hilton entra en una biblioteca) te das cuenta que ya no es la tuya y te tienes que coger la 31 o en el peor de los casos la 32; que es el momento en el que juras y perjuras y pones a Dior por testigo de que haras dieta para entrar en esos pantalones.
  • Fuerza. Y es que nunca se sabe cuando te vas a tener que dar de hostias con alguien por la última y perfecta prenda en rebajas de toda la tienda. Pero recuerda: siempre tienes que hacerlo con glamour y no dar con el bolso con menos estilo que Margarita Seis Dedos; antes muerta que sencilla.
  • Lágrimas. Porque no vivir en una sociedad comunista es lo que tiene, que hay que pagar por las cosas y para economías precarias como la mía o la del 98% de los mortales, estamos muy lejos de poder comprar ciertos objetos como una cartera de Hermes, un bolso de Louis Vuitton o un abrigo de Chanel. Citemos la frase más famosa del mundo de las compras: Siempre nos quedará Zara (o Primark o las rebajas, porque el imperio de Inditex ya no tiene los precios que tenía)
Por esto y por mucho más, la moda y las compras tendrían que ser deporte, porque como yo digo: nunca se tiene ropa -ni zapatos (no hay que olvidarlos jamás) suficiente. A lo que también digo: yo tendría que haber nacido rico jaja.

Después de este desvarrio digno de un shopaholic profundo, decir que ayer me fui de compras para buscar algo con las tres B para la fiesta de fin de curso y es que la crisis aprieta más que una faja, pero al final encontré algo digno en El Corte Inglés de Oportunidades de Plaza, y es que me encanta!! Yo es que tengo alma de aventurero y estos Corte son dignos de Indiana Jones y la búsqueda del tesoro, que los hay. Después estaba tan cansado que se me quitaron las ganas de pasar al otro lado de Plaza. Pero como tengo que volver a devolver (valga la rebundancia) un pantalón y una camiseta que no le gusto a mi hermano (lo de la camiseta lo entiendo, ya le dije a mi madre que no me sonaba nada que mi hermano usara la marca Rotwailler, o como se escriba. Pero lo de los pantalones no lo entiendo, dice mi hermano que no le gustan tan pretos jaja, yo no me los quedo porque tengo unos parecidos, pero eran muy bonitos, como que los elegí yo jaja, y así money back)

Hubo suerte y me compré unos Levi's Slim azules clarito, esos de la talla 32, tras probarme un ciento de pantalones que hiceron que acabara con los huevos más batidos y apretados que en un revuelto. También calleron unas Converse altas marrones y un chaleco azuloscurocasinegro de Pepe Jeans para completar mi outfit de fin de curso, que si no cambia (que puede que ocurra, porque se me ha ocurrido algo muy chulo, y no es la falda escocesa que no me dejan ponerme y que según Noelia no me pondría jaja; es algo muy Chuck Bass y últimamente muy Jesús Vazquéz; una pajarita, pero lo veo complicado de encontrar)

Así, mi conjunto final por ahora se compone de pantalón (dudo entre dos), camisa morada, corbata morada, chaleco y zapatos o pseudo-converse negras (depende de los pantalones). Ayer me lo probé y estaba hasta guapo jaja.

Os dejo con una canción que le viene que ni pintada a este post de la película "Confesión de una compradora compulsiva" (Shopaholic): Fashion de Lady Gaga (me encanta. Lady Gaga es el horterismo con patas, pero ella lo vale)



Besicosss con el 50% de descuento. Ander

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Secundo tu propuesta.
Ir de comprar es tan o más pesado como correr en un maratón.
Saludicos

AGR dijo...

Pues sí jaja, y en muchas ocasiones es una carrera de fondo hasta encontrar lo que buscas

Besicoss

Venus dijo...

Pues a mi eso de ir de compras no es lo que más me gusta, odio ir a las plazas y maxime en fin de semana donde todoooo está retacadooo. Opto por entre semana y con calma busco lo que deseo o con la idea para la ocasión que requiero. Lo bueno es que ya conozco bien mi estilo, tipo de cuerpo y que va con él y que nop. Lo que más problema me provoca es comprar zapatos, eso si que es maratónicoooo, mi padre era zapatero, así que han de ser cómodos, de buena calidad, tacón mediano y con estilo sobrio, y hay veces que los encuentro divinosss, y llega el temido "pero" están mal del piso, mal acabados, el tacón mal hormado uts...

Me uno a tu propuesta :D

Saludos.

AGR dijo...

Es que encontrar un zapatos buenos, bonitos y baratos es muy difícil, pero posible.