miércoles, 13 de mayo de 2009

Sal y grita

Un día ÉL se despertó y se levantó. Desayuno, fue al trabajo, comió, volvió a casa, cenó y se fue a dormir.

Al día siguiente, se despertó y se levantó. Desayuno, fue al trabajo, comió, volvió a casa, cenó y se fue a dormir.

Al día seguiente, se despertó y se levantó. Desayuno, fue al trabajo, comió, volvió a casa, cenó y se fue a dormir.

Y así él siguió durante muchos días, hasta que cierto día se despertó, se despertó pero se paró a y pensó profundamente. Luego salió al balcón y gritó ¡qué te jodan, mundo! y de repente oyó multitud de expresiones similares.

Volvió a dentro y comprobó que por fin estaba en paz y feliz. La revolución había comenzado.

¿Cuándo llegará ese día?

Probablemente nunca; probablemente esté más cerca de lo que pensemos.

Besicosss. Ander

4 comentarios:

mercedes dijo...

me gusta

AGR dijo...

Edito y acabo, que me he ido a cenar y sentía que le faltaba algo. Me alegro de que te guste.

Gonza dijo...

profundo

AGR dijo...

Si muy profundo, y es que esto se puede aplicar en muchos aspectos de la vida